Priorizando la salud mental en el empleo: un enfoque integral por el bienestar de trabajadores y empresas

Jue, 06/06/2024

Según la Organización Mundial de la salud (OMS) es igual de importante cuidar los riesgos físicos que los riesgos de salud mental en los centros de trabajo. Un estudio en 2019 estimaba que el 15% de adultos en edad de trabajar tenía un trastorno mental. Así, la OMS trató ya entonces de establecer una serie de "medidas efectivas que pueden prevenir los riesgos de salud mental en el trabajo, proteger y promover la salud mental en el trabajo y apoyar a los trabajadores con trastornos mentales".

Bolsa de Trabajo (María Eugenia del Toro) – Redacción CEF.- Media

Dichas medidas han de preservar ante todo unas buenas condiciones laborales que brinden crecimiento profesional y personal al trabajador. Entre los principales argumentos que recoge la OMS para ponerlas en marcha, señalan que un trabajo "decente" apoya la buena salud mental y proporciona "un medio de vida", "sentido de confianza, propósito, logro", y formar parte de una comunidad, entre otros beneficios.

Por contra, la ausencia de dichas medidas implica descuidar los principales riesgos para la salud mental, también denominados riesgos psicosociales, en el lugar de trabajo, entre los que pueden enumerarse los siguientes:

  • Cargas o ritmo de trabajo excesivos.
  • Remuneración inadecuada de acuerdo a las responsabilidades y cargas de trabajo.
  • Horarios excesivamente prolongados o inflexibles, que no permiten la conciliación familiar y el desarrollo personal.
  • Escasa inversión en mejorar las oportunidades de formación.
  • No valorar el desempeño del trabajador.
  • Falta de equidad e igualdad en las condiciones para todos los trabajadores.

En cifras de la OMS a nivel mundial, se estima que cada año se pierden 12.000 millones de días de trabajo debido a la depresión y la ansiedad, lo que equivale a un coste de un billón de dólares americanos al año en pérdidas de productividad. También es importante considerar que la falta de motivación y oportunidades de crecimiento profesional lleva al trabajador a buscar mejores oportunidades laborales.

Esto involucra para las empresas un pérdida valiosa en capital humano, teniendo que invertir en la rotación de personal, lo que genera inestabilidad, baja productividad y mala imagen para la empresa. Todo ello añadido a la inversión de la curva de aprendizaje del trabajador recién contratado.

Por tanto, para prevenir los problemas que comprometen la salud mental en el trabajo se recomienda controlar los riesgos psicosociales. Algo que se puede lograr siguiendo las siguientes recomendaciones:

  • Respaldar las competencias dirigidas a reconocer los problemas de la salud mental en el trabajo, para que se puedan tomar medidas encaminadas a detectar y solucionar las condiciones que no son adecuadas para los empleados. Principalmente para las personas que son responsables de un área y tienen como función supervisar a otros trabajadores.
  • Abrir canales de comunicación para que los trabajadores puedan expresar a tiempo situaciones que limitan el sentirse satisfecho en su situación laboral.
  • Transparencia en los criterios de oportunidades para el crecimiento profesional y económico. No limitar la decisión de promoción a un solo responsable brinda mayor claridad; que la decisión recaiga en un consejo que garantice condiciones de equidad e igualdad para evitar favoritismos.
  • Invertir en la formación para sensibilizar al personal de la importancia de la salud mental en el trabajo. Incluso destinar parte del presupuesto en contar con un técnico en la prevención laboral dedicado entre otras funciones a fomentar un ambiente laboral que propicie la salud laboral.

En la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) impartimos el Máster Universitario en Prevención de Riesgos Laborales (PRL) que contempla la especialidad en Ergonomía y Psicosociología aplicada.

El técnico de PRL, entre otras funciones, se encarga de abordar la problemática específica de los centros de trabajo, teniendo en cuenta el diseño de los puestos laborales y al propio trabajador desde la óptica psicosocial. Se encarga de analizar las técnicas y procedimiento que se deben tener en cuenta para limitar los riesgos psicosociales.