El éxito de una entrevista de trabajo no es solo estar en posesión de títulos, también es saber estar, bien vestir y ser sincero
Y otras muchas consideraciones que, además de las que aparecen en el titular de esta noticia, deben ser tenidas en cuenta por el aspirante a un empleo durante uno de los procesos esenciales -casi definitivos en algunos casos- como es la entrevista de trabajo en la que será evaluado.
Redacción CEF.- Media
La Bolsa de Trabajo y Emprendedores del Grupo Educativo CEF.- UDIMA ofrece asistencia a sus alumnos en la búsqueda de empleo. Se revisan los currículos y se prepara para las entrevistas de trabajo con el fin de evitar errores comunes y aumentar las posibilidades de encontrar el trabajo deseado, entre otras cosas.
Lorena Cervantes es la coordinadora de este departamento y experta en aconsejar lo que ha y lo que no ha de hacerse en este momento crucial que representa el encuentro con el reclutador.
Cervantes subraya que no es suficiente con ser nosotros mismos. Hay que preparar las entrevistas, dice. Si bien es cierto que se valora cierta naturalidad, el candidato debe tener un pequeño guion mental de lo que debe a ver y decir. Es decir, "se puede improvisar" en situaciones determinadas, "pero sin salirse del tema", sin desbarrar, dice Cervantes. La preparación de la entrevista suele proporcionar más "seguridad" y también permite "resaltar nuestras potencialidades".
El entrevistador no tiene como misión perder el tiempo más allá de los necesario, por lo que averiguará todo lo que pueda sobre la vida del candidato en unos 30 minutos que es el promedio de tiempo que dura una conversación de estas características. En este proceso el candidato habrá de hablar de cualquier aspecto de su vida que crea resaltable o por el que le pregunte el reclutador, y no sólo de sus cualificaciones profesionales. El fin es determinar si es un buen candidato para el puesto y las matrículas de honor de un expediente impoluto pueden ser burbujas si la actitud del aspirante es nefasta.
El entrevistador quiere descubrir sus capacidades y competencias, por lo que preguntará por sus experiencias educativas e incluso personales, así como por su currículum, obviamente. La preparación en este punto es esencial porque la presentación debe ser coherente en todo momento. Los nervios pueden sacar lo peor de los candidatos más experimentados.
Así que, sin duda alguna, prepararse para una entrevista es importante, sobre todo si se espera tener éxito en ella. Previamente, es clave dormir bien y atemperar los nervios la noche anterior.
La sinceridad, ante todo
La sinceridad también es importante, sobre todo a la hora de afrontar tus defectos, pero también es fundamental mantener la confianza en uno mismo. "Aceptar las propias debilidades y afrontarlas con honestidad es significativo", dice Cervantes. Sin embargo, si esos "defectos" salen a la luz, no es prudente fingir que no existen. Los reclutadores saben que, aunque el candidato tenga una debilidad, puede encontrar una solución y superarla.
El candidato debe examinarse a sí mismo para superar estos pequeños obstáculos. Si desea ocultar algún defecto, lo mejor es buscar aquellos que no afecten directamente al puesto de trabajo que desea alcanzar.
Otro aspecto a cuidar por el aspirante y que el reclutador considerará ejemplo de autenticidad tiene que ver con el conocimiento que aquel tiene de la empresa y del puesto al que aspira. Es un error común no reconocer a qué empresa o puesto se está postulando. Además, cuando no haces preguntas en la entrevista, la imagen que ofreces es de alguien desinteresado.
Otro aspecto: aunque no se evalúe finalmente, es importante evitar relajarse en exceso durante la entrevista. Cervantes advierte que “ser demasiado confiado puede hacer que te vuelvas arrogante”.
Por supuesto, es fundamental evitar las divagaciones o las pausas al responder las preguntas del entrevistador. Hay que evitar dar respuestas vagas o demasiado detalladas que no le interesen o le convengan saber al reclutador.
Ni mucho menos el candidato debe solicitar varios puestos de trabajo a la vez, ya que la pregunta clásica de "¿dónde te ves dentro de cinco años?" podría provocar una respuesta que no se ajuste al puesto.
Saber estar, saber vestir
La ropa que porte el candidato debe estar en consonancia con su identidad, la empresa en la que quiere trabajar y el puesto de trabajo concreto. “No existe la ropa perfecta", dice Cervantes, pero hay "reglas básicas" que seguir. Dependerá siempre del puesto y de la empresa, pero "la vestimenta y la higiene dicen mucho de una persona".
Para empezar, la ropa debe estar en buen estado y ser de colores neutros. Hay que parecer profesional sin estar incómodo, así que hay que evitar la ropa con "aberturas pronunciadas o la ropa demasiado corta". Además, "menos es más" cuando se trata de accesorios. Hay que "evitar exagerar" con los adornos y "tener el currículum bien estructurado y actualizado".
La puntualidad no es una opción
No menos importante es conocer para llegar la ruta al lugar de la reunión, para estar con al menos cinco minutos de antelación. Una vez el candidato se encuentre en el lugar de la entrevista, hay que silenciar el teléfono y, desde luego, no juguetear con él mientras se espera al reclutador.