Cómo transformar la negatividad en productividad: estrategias para trabajar con empleados problemáticos
Una de las tareas más difíciles a las que se enfrenta un empresario es la relación con sus trabajadores. En ocasiones, hay un empleado en la plantilla que resulta todo un desafío. Es lo que se llama un “trabajador difícil” pero que igualmente aporta su granito de arena a la empresa. Son personas conflictivas a las que se tienen que enfrentar, tanto compañeros como el propio empresario que deben tener habilidades para gestionarlas, a la vez que empatía y un enfoque estratégico para evitar tensiones innecesarias y mantener un ambiente de trabajo productivo.
Redacción CEF.- Media
Existen diversas estrategias y comportamientos que pueden ayudar a manejar a un empleado difícil de manera efectiva, promoviendo la colaboración y el rendimiento laboral.
Lo primero de todo es conseguir una comunicación clara y abierta. Y es que la comunicación efectiva es la base para resolver cualquier problema en el lugar de trabajo. Los gerentes deben establecer un canal de comunicación abierto y honesto con el empleado difícil. Escuchar sus preocupaciones y opiniones puede ayudar a identificar las razones detrás de su comportamiento.
También es importante establecer expectativas claras. Es decir, definir claramente las responsabilidades que debe tener este empleado en cuestión. Establecer metas alcanzables y evaluar el progreso de forma regular puede proporcionar un marco claro para el desempeño laboral.
Por supuesto, es esencial tener un poco de empatía y comprensión. Y es que nunca se sabe si ese empleado está pasando por una mala racha. Hay que tratar de entender las circunstancias personales o profesionales que podrían estar contribuyendo al comportamiento difícil del empleado es fundamental. La empatía puede ayudar a construir relaciones más fuertes y resolver conflictos de manera más efectiva.
Es necesario además intervenir lo antes posible. Es decir, abordar rápidamente el problema para evitar que la situación se agrave innecesariamente. Los supervisores deben abordar los problemas de comportamiento tan pronto como sean evidentes, para evitar que afecten el ambiente laboral y la moral del equipo.
En algunos casos, puede ser útil contar con un mediador para facilitar una conversación constructiva entre el empleado difícil y sus colegas o supervisores. Un mediador neutral puede ayudar a aclarar malentendidos y fomentar la resolución de conflictos.
Asimismo, hay que confiar en el departamento de recursos humanos, cuyo apoyo será indispensable. Y es que pueden proporcionar orientación y apoyo en casos de comportamiento difícil. Pueden ofrecer entrenamiento en habilidades sociales y proporcionar pautas sobre cómo manejar situaciones difíciles en el lugar de trabajo.
Los compañeros y los jefes también desempeñan un papel crucial en la gestión de un empleado difícil. Fomentar un ambiente de trabajo colaborativo y respetuoso puede ayudar a prevenir conflictos y a mantener la moral del equipo.
También es interesante fomentar el trabajo en equipo y la colaboración, ya que esta estrategia puede reducir la competencia negativa entre los empleados, lo que a menudo es una fuente de conflictos.
Del mismo modo, los compañeros y supervisores deben proporcionar retroalimentación constructiva de manera regular y específica. Reconocer los logros y proporcionar orientación sobre áreas de mejora puede ayudar a guiar el comportamiento del empleado.
La formación de equipos multidisciplinarios puede permitir que los empleados difíciles trabajen en proyectos con personas que tienen diferentes estilos de trabajo y enfoques, lo que puede ayudar a desarrollar habilidades de colaboración y empatía.
Además, hay que evitar las amenazas y promover la motivación. Y es que las amenazas rara vez son efectivas para cambiar el comportamiento a largo plazo. En lugar de eso, los supervisores deben enfocarse en motivar al empleado, identificando sus necesidades y ofreciendo incentivos, reconocimientos y oportunidades de desarrollo profesional.
En situaciones extremas, donde el comportamiento del empleado se vuelve inaceptable, los jefes pueden recurrir a estrategias legales y disciplinarias. Esto podría incluir advertencias formales, suspensiones temporales o, en casos extremos, la terminación del empleo. Es fundamental seguir los procedimientos legales y las políticas internas de la empresa al tomar medidas disciplinarias.
Manejar a un empleado difícil puede ser un desafío, pero es importante recordar que no es imposible. Con la estrategia y el apoyo adecuados, es posible resolver la situación y crear un entorno de trabajo productivo y respetuoso.