¿Qué condiciones personales debe cumplir el opositor?
El perfil del “opositor ideal” se consigue con diferentes rasgos de personalidad que ayudan a avanzar en la preparación de unas oposiciones. Las principales motivaciones para conseguir un puesto de funcionario son estabilidad laboral y económica y vocación.
Redacción CEF.- Media
Resulta imprescindible aprender unas competencias propias cuando se decide preparar una oposición. Destrezas, conocimientos técnicos y desempeñar el puesto o profesión a la que se está optando son “habilidades generales” para trabajar en las funciones requeridas. ¿Cuáles son las otras habilidades tenidas en cuenta que no son requeridas por el temario de una oposición?
Conocidas como “soft skills“ o habilidades blandas, cada vez son más influyentes en el campo emocional y psicológico del individuo. Se refieren a aquellas características y competencias personales propias de un individuo que lo convierten en alguien apto para las relaciones sociales, la comunicación, empatía o capacidad de trabajo en equipo, entre otras.
Estas cualidades ejercen un valor diferencial entre unas personas y otras en cuanto a igualdad de competencias intelectuales o formativas. Las habilidades blandas definen la personalidad de una persona.
Los opositores son personas que para acercarse a su meta han de ser disciplinados durante un período de tiempo largo. Luchar por un objetivo, aún con riesgo de fracasar, es un sacrificio para la consecución de un logro. Compromiso, persistencia, capacidad de sacrificio, resiliencia, paciencia, previsión, adaptación, valentía y optimismo son los rasgos personales que un opositor debe cumplir con el fin de obtener éxito en el resultado final de la oposición.
Conocerse a sí mismo durante el proceso de preparación, organización y aprendizaje promueve el conocimiento. Momentos de duda, cansancio y soledad son algunas de las características que aparecen durante el camino a obtener el puesto laboral fijo. Por ello, la decisión de presentarse a una oposición deber ser muy meditada para aprovechar al máximo las habilidades y organizar el propio trabajo.
Planificación es otro de los requisitos personales recomendable para marcar un plazo de tiempo de preparación a las oposiciones y centrarse al máximo en dicha tarea. Gestionar el tiempo necesario para una correcta organización logrará una mejor productividad, estudio de calidad y eficacia alejado de agobios. No obstante, la flexibilidad en este punto será clave para adaptar con facilidad los cambios, obstáculos e imprevistos que se presenten.
“Jornada laboral” es lo que debe considerar un aspirante a funcionario pues hay que estudiar a diario con atención y organización. Mantener una actitud positiva hará no perder la fuerza durante el proceso.
Los objetivos marcados tanto a corto como a largo plazo deben ir encaminado en la misma dirección. Estos exigen de una concentración que demanda evitar ambientes perturbadores y distracciones que impidan cumplir con el calendario establecido. Unido a esta habilidad, el autocontrol es imprescindible en la etapa de alta exigencia, gran esfuerzo y estrés cuanto mayor es la proximidad de la fecha de examen.
Trabajo disciplinado y fortaleza mental ayudará a superar los momentos de frustración. Ser una persona proactiva ayudará a enfrentarse a la oposición con actitud, iniciativa y predisposición a manejar la situación. Este excelente aliado para el opositor refuerza el optimismo, la flexibilidad y la confianza que permiten avanzar en línea recta hacia la consecución del objetivo.
Estas habilidades blandas pueden mejorar cuando se hacen conscientes en la mente del opositor. Descubrir las habilidades blandas personales con el fin de trabajar en ellas para autosuperarse reforzará conseguir la ansiada nota que otorgue la plaza al aspirante.
En el CEF.- Centro de Estudios Financieros los preparadores se preocupan también por propiciar los estados de ánimo y condiciones emocionales adecuadas para afrontar el estudio en este ámbito.