Enfermedades degenerativas y evolución tecnológica: prevención para "dar vida" a los años del sénior
"De lo que se trata es de dar vida a los años, y no sólo años a la vida". Con esta cruda pero ilustrativa reflexión Ana Margarito, CEO de 60y mucho+, ha resumido la intención de la última mesa redonda del I Congreso online 60 y mucho + que ha acogido el Grupo CEF.- UDIMA desde el pasado 23 de noviembre. El debate no podría ser más crítico para poner punto final al evento, y más dadas las circunstancias. Enfermedades degenerativas.
Por Alberto Orellana
Acompañados por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el presidente del CEF.-, Arturo de las Heras, los expertos han identificado las afecciones más extendidas de este tipo entre la población sénior. Han hablado de cómo prevenir, de factores de riesgo y de cómo la tecnología puede ayudar enormemente a transitar por el tenebroso sendero del paciente.
Si hablamos de enfermedades degenerativas, la artrosis es una de las más extendidas. De hecho es la más frecuente y "todos" la vamos a padecer "antes o después". La reumatóloga y directora clínica Karin Freitag ha afirmado que este deterioro del cartílago articular es la afección que mayor impacto tiene entre los sénior.
También han intervenido el otoneurólogo Juan Manuel Espinosa y el audiólogo protésico Oriol G. Huga. El primero ha explicado su especialidad, centrada en pacientes con problemas del oído interno, mareos y desequilibrios, y sobre todo la pérdida de audición. El segundo ha ofrecido un esquema del avance en la técnica de los audífonos. Entre los dos han ilustrado cómo la pérdida progresiva de escucha es un factor de riesgo que puede desembocar en un deterioro cognitivo precoz. Y lo peor es "que podría evitarse".
Sobre ese deterioro cerebral ha hablado el neurólogo Javier P. Moreno, quien ha explicado las diferencias entre dos conceptos habituales en su campo (alzhéimer y demencia senil). También ha ahondado en el factor preventivo para que el fallo del sistema auditivo no conlleve necesariamente un problema neurodegenerativo en nuestros mayores.
Obesidad y artrosis
La doctora Freitag ha señalado la obesidad como principal factor de riesgo para la artrosis: del 45% al 83% de los casos que ha tratado son de pacientes con artrosis "en articulaciones de carga (rodillas)". La actividad y la ocupación profesional también son relevantes y, aunque la actividad física es importante para prevenir, debe practicarse aquella disciplina para la que estemos preparados, según nuestra "comorbilidad", ha detallado.
La artrosis es la segunda causa de incapacidad laboral en España después de las enfermedades cardiovasculares. Y según la OMS es la cuarta y octava causa de incapacidad en mujeres y hombres, respectivamente. Está directamente vinculada a la edad, y debido al envejecimiento de la sociedad, ya se trabaja en nuevos tratamientos, (además del aceite hialurónico), como el plasma rico en plaquetas o la medicina regenerativa.
"Es el futuro", ha dicho la reumatóloga. Esta técnica consiste en creación de tejidos vivos y funcionales para reparar o reemplazar aquellos que hayan perdido su función "por daño, enfermedad o defecto congénito", ha desgranado. La terapia celular también está en proceso de regulación con la Agencia Española del Medicamento (AEM), donde son "comprensiblemente estrictos" ha concedido Freitag. Y ha añadido:"Esta medicina supondrá un gran avance en la calidad de vida de los mayores, con mínimas intervenciones".
25 decibelios: 7 años
Hacia el 2050 se espera que los mayores de 65 años sean el 30% de la población y los octogenarios unos 4 millones de personas en España. Con este horizonte, dos problemas de salud atañen al doctor Espinosa: la pérdida de audición y de equilibrio entre los sénior. El otoneurólogo (entre el otorrino y el neurólogo) ha desbrozado los síntomas de sus pacientes y de cómo afecta esa pérdida auditiva en una ulterior demencia.
Se estima que unas 800.000 personas padecen demencia y esta cifra se duplicará en 2050. "La edad es el principal factor de riesgo, pero ahora sabemos que entre los factores potencialmente modificables está la audición", ha aclarado el doctor. Personas que "oyen pero no entienden", sobre todo en espacios con ruido y gente hablando. Y que van perdiendo paulatinamente su capacidad de escucha de forma simétrica (en ambos oídos).
Hay desencadenantes intrínsecos o no tratables (como la heredabilidad), pero también muchos extrínsecos que se pueden controlar: tabaco, música elevada, caza... Como ha explicado el otoneurólogo del Hospital Universitario Virgen de las Nieves (Granada), el riesgo de demencia, por cada 10 db de pérdida de audición, se multiplica por 1,2. "Y será más grave cuanto mayor es esa pérdida auditiva, incluyendo deterioro cognitivo severo: perder 25 db equivaldría a tener 7 años más", ha recalcado.
Prevención auditiva y neurológica
El riesgo de padecer demencia aumenta mucho aunque se trate de pérdidas de audición, ha abundado acto seguido G. Huga. "Es el tercer problema crónico más importante después de la hipertensión y la artrosis en mayores de 60 años". Y su descontrol puede provocar hasta 5 veces más desarrollo de demencia, peor percepción de su salud y calidad de vida. "Actuar en ello permitirá evitar problemas posteriores. No hacerlo provoca una saturación del cerebro en la descodificación del sonido: de ahí la demencia".
El audiólogo protésico y fundador de Centros auditivos OirT ha hecho un repaso de cómo ha evolucionado el audífono para convivir con esta afección. Y que, al ser tan paulatina, cuando solicitan el audífono "llegan tarde" y su recuperación es más difícil. Para ello están los aparatos que hoy en día son mucho más sofisticados en cuanto a estética y funcionalidades: filtros, adaptación de ruidos, conectividad... incluso inteligencia artificial.
Donde se puede y se debe actuar más a nivel preventivo es en los hábitos saludables y sociales. Y que nos pueden separar de la demencia. Así lo ha explicado el neurólogo y CEO de Inno&Brain, Jesús P. Moreno. Para ello ha utilizado casos como el alzhéimer, donde la hipertensión, la diabetes, el colesterol, la inactividad física, los hábitos tóxicos (tabaco, alcohol), y la inactividad cerebral (juegos de mesa) y social son factores de riesgo.
En este sentido, la pérdida de audición juega un papel que puede ser determinante: "La pérdida de audición genera una pérdida de socialización, un aislamiento, que es un factor de riesgo para la demencia" ha subrayado P. Moreno. "Fomentar hábitos saludables es la mejor manera de prevenir el desarrollo demente".
También ha diferenciado tres perfiles en casos de enfermedades mentales degenerativas: el paciente, el cuidador (a menudo el cónyuge) y la familia. Además de poder informar debidamente al paciente (que en los primeros estadios suele negar la enfermedad), ayudar y concienciar al cuidador para que se cuide también a sí mismo es clave para evitar secuelas. Y más en un contexto en el que la familia inicialmente tampoco ayuda (por estar ajena a la rutina del paciente). Si no se disfruta del esparcimiento habitual en la medida de lo posible, "cuando fallece el paciente el que viene a consulta es el cuidador", advierte el neurólogo.