El ICAC quiere eliminar la etiqueta de “sancionador”
El Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) se plantea poder acercarse a los requisitos legales en cuanto al planteamiento de inspección e intentar mejorar la firma de calidad en auditoría y contabilidad, así como, reducir plazos y separar las dos vías a las que se dedican, inspección e investigación. El fin es que las inspecciones han de convertirse en un mecanismo para aumentar la calidad de los auditores y se extienda tanto al interés público como privado. Según su presidente, Santiago Durán, “no tenemos que pensar que todo lo que viene de ICAC es una sanción sino una mejora de la calidad”.
Por Rocío González
Tras la declaración del Estado de Alarma con motivo de la crisis del coronavirus, el presidente del Instituto de Contabilidad y Auditoria de Cuentas (ICAC), Santiago Durán, participó en el webinar del Consejo General de Economistas sobre las "Implicaciones en el ámbito de la contabilidad y de la auditoría en España" y el impacto directo que han sufrido las organizaciones en estas áreas, sin capacidad para afrontar el trabajo no presencial y a la que han hecho frente de una forma exitosa. El presidente del ICAC estuvo acompañado por Valentín Pich, presidente del Consejo de Economistas de Madrid, Carlos Puig, presidente del Registro de Economía de Auditores (REA) y Francisco Gracia, presidente del Registro de Economistas Contables (EC).
Otro de los objetivos del ICAC es mejorar la gestión de auditoría y contabilidad a lo largo de esta crisis y aportar calidad al personal cuyo fin establezca una mejora en la gestión y en la interlocución con las empresas. Las previsiones de acción en el corto plazo es la corrección de regulaciones, dar respuesta rápida a los planteamientos e impulsar una realidad sobre la necesidad de los diferentes sectores y de cómo formarlo.
El presidente Durán afirmó que “el ICAC ha sufrido una gran modificación y que el período para implementar y extender el teletrabajo ha sido de una forma exitosa y efectiva”. Hay que destacar un aspecto importante y “es que la administración no se caracteriza por la flexibilidad” y en este momento, han sabido afrontar e impulsar el teletrabajo para resolver todas las cuestiones de formar rápida y eficaz que se les plantean tanto desde las corporaciones como de los clientes privados.
Además de la labor puramente de gestión, el ICAC ha asumido el papel de interlocutor con el Ministerio, con la Comisión Nacional del Mercado de Valores, el Banco de España, la Dirección General de Seguros o las propias corporaciones de auditores buscando atender las verdaderas necesidades regulatorias que se están dando y en algunos casos corrigiendo las que ya estaban y adaptándolas a las necesidades que los interlocutores nos trasladan.
Otra de las propuestas que trabaja el ICAC es la distribución de beneficios donde se extendió la necesidad de corregir el papel de auditor y que se contemplara flexibilizar el trabajo de revisión de cuentas. Asimismo, el presidente afirmó “que el ICAC participa activamente en los foros internacionales para intentar mantener una línea análoga en los aspectos contables como de auditoría a la hora de reaccionar sobre las diferentes cuestiones que están surgiendo y el futuro que surgirá a consecuencia de la crisis”.
Es evidente que el efecto de la pandemia del coronavirus se va a sentir en las auditorías y en lo que este relacionado con las firmas, por lo que las exigencia de seguridad en las nuevas situaciones y la propia realidad van a requerir de un protocolo diferente y una implementación de mecanismos de diálogo directo tanto con las incorporaciones como con el Mercado Nacional de Valores o El Consejo de Economistas como la parte del cliente privado.
Antes del Estado de Alarma, la organización del ICAC pretendía transmitir lo que sería la institución en estos años en que la situación financiera se basaba en el análisis de riesgos y en el ámbito o supervisión de auditorías con las exigencias de las normativas. Así, las dos limitaciones con las que se han encontrado son las exigencias desde fuera de la propia directiva y unos ciclos de supervisión e inspección que hay que cumplir y otra interna de una falta de medios derivada de una necesidad de prever al ICAC de los medios necesarios para poder realizar los requisitos legales en cuanto a los ciclos de supervisión.
El trabajo que van a desarrollar requiere contemplar nuevas situaciones y realidades, pues, el desconfinamiento y reapertura de la actividad será diferente en cada territorio, lo que hará distinguir cualquier actuación y situación en el informe de auditoría a un ritmo distinto. Un diálogo interno será necesario para poder flexibilizar y agilizar la eficiencia en los problemas que surjan. Durán reitera que “buscamos pulsar la realidad y como está la situación y la que nos vamos a encontrar, intentando regularizar las cuestiones que se plantean y atendiendo a las dificultades para las sociedades mercantiles”.
En la ronda de preguntas, a cargo de García y Puig, el presidente del ICAC destacó en que todas las reformas serán evaluadas de forma minuciosa y se mostrará a favor de facilitar a las empresas las medidas necesarias dándole una normativa lógica y de sentido, entendiendo que esto es una crisis genérica que afecta a todos los sectores. Por lo tanto, el grado de flexibilidad dará cierto margen de trabajo y así no sobre regular los procesos.
Durán también afirmó que se “está trabajando en muchas iniciativas para poder anticiparse a los problemas y al posible deterioro que venga en el próximo año”. Asimismo el balance positivo es que habrá un análisis de cada situación teniendo en cuenta el momento para la consideración a posterior de las medidas a tomar.
Para finalizar, el presidente del ICAC reiteró que “estamos ante una situación excepcional y por esto hay que ver cada caso e interpretar las excepciones a tener en cuenta, tomando mayor importancia el diálogo ICAC-auditor y auditor-cliente para flexibilizar la situación.