No tener miedo y saber el tiempo del que se dispone, elementos clave al preparar una oposición
Jesús Martínez Domingo, director del Área de Oposiciones del CEF.-, en el evento Legal Millenials.
Por Marta Peiro
Estudiar unas oposiciones requiere dedicación, esfuerzo, valentía y tiempo. Implica emplear numerosas horas en adquirir gran cantidad de conocimientos, pero también conlleva muchas ventajas. Para arrojar luz sobre la realidad de prepararse unas oposiciones se celebró este jueves, en el marco del evento Legal Millenials, una mesa redonda. En ella participó Jesús Martínez Domingo, jefe de estudios del Área de Oposiciones del CEF.- Centro de Estudios Financieros.
“Las caras que veo expresan miedo e incertidumbre”, comenzó Martínez, que dio un discurso en el que animó a los estudiantes del ámbito legal presentes en el edificio de MetLife a descubrir el empleo público. “Es una opción tan válida como el empleo privado. Hay vida en la empresa privada y en la pública”, declaró. Según el orientador, “llevamos 2 años viviendo los momentos dulces del empleo público”. “En 2018 y 2019 nos estamos moviendo en torno a 28.000 plazas ofertadas”, afirmó.
De cara a las 8.000 plazas convocadas el lunes para la Administración General del Estado, Martínez recomendó “no tener miedo”. En este sentido, el responsable del Área en el CEF.- avisó de que “no todas las oposiciones requieren el mismo nivel de esfuerzo y dedicación”. “No todos tenemos por qué jugar en la Champions League, como pueden ser los jueces, abogados del Estado o Notarías. También tenemos la Liga Santander, que es muy digna”, ilustró, provocando la risa de todos los asistentes.
Por ello, aconsejó “analizar con tiempo”. Cada oposición, explicó Martínez, tiene un requisito académico diferente. “Tenemos 4 caminos, algunos el grado, otros lo que antes era la diplomatura, el bachillerato y la E.S.O.”, contempló. “Hay muchas ramas”, como las de Cuerpos de Informática, Empleo y Seguridad Social, Ministerio de Hacienda y de Justicia, y cada una tiene sus plazos. “Las oposiciones que requieren grado suelen moverse en torno a los 4 años y los cuerpos técnicos se pueden sacar en 2. Algunas requieren de una dedicación exclusiva durante y para Técnicos de Gestión puedes sacártela en 2-3 años trabajando”, ejemplificó.
Sea como fuere, “la mili hay que pasarla tanto en la empresa privada como en la pública”, advirtió. Sin embargo, Martínez subrayó que se accede más fácilmente a una privada mientras que “mantenerse es mucho más duro a la larga”. Además, añadió, “la consolidación de empleo está asegurada en la empresa pública, pero no en la privada”.
El profesor del CEF.- destacó que aunque los puestos a los que da acceso una oposición no están tan bien pagados como podría desearse, “son puestos dignos, tienen independencia y facilitan la conciliación laboral”. Más allá de eso, Martínez manifestó que “las oposiciones dan un bagaje de formación que no dan los másteres, además de una proyección profesional y una formación extraordinaria”.
Antes de lanzarse, el especialista sugirió analizar lo que se quiere conseguir en función a cada programa. “Es como un zapato: tienes que verte dentro, con capacidad de sacarlo”, expresó. También enfatizó la importancia del tiempo y la regularidad de las convocatorias. “El tiempo que se tiene para dedicarle a una oposición es un factor determinante”, expuso. “Es importante marcarse un límite temporal”, añadió Natalia Velilla.
La magistrada consideró que “si opositas, no haces otra actividad”. Por ello y por “tener una visión más completa de tu trabajo y de la sociedad”, apostó por “hacer otra cosa antes de unas oposiciones”. Las de juez, informó, facilitan el aprendizaje del Derecho. “Adquieres una visión global y relacionas cada término en la cabeza”, estableció.
Velilla admitió que su principal razón para decantarse por este mundo fue “el espíritu de servicio público, dar una solución a los demás”. Hay que “tratar de cambiar el sistema desde dentro del mismo, pelear porque mejore”, defendió. Para ello, la jueza propuso “tener capacidad de resiliencia, sacrificio, esfuerzo y tolerancia al fracaso. Saber que las cosas se consiguen poco a poco y que si te pones una meta la vas a acabar consiguiendo”.
A pesar de “ser muy sacrificado”, Escarlata Gutiérrez reconoció estar “enamorada” de su profesión. La fiscal valoró la “vocación tremenda” que, en su opinión, hay que tener para preparar una oposición. En este sentido, apuntó que “el preparador es esencial, así como ver que avanzas y analizar qué ocurre cuando no apruebas. Tener capacidad de reflexión”, dijo. A pesar de los obstáculos, Gutiérrez determinó que “merece la pena esforzarse, tiene una serie de virtudes y una estabilidad. Si ves que no es lo tuyo, déjalo…aunque dejarlo es muy complicado”. “Es un ejercicio de valentía y no es tiempo perdido”, garantizó.