Estudiar y trabajar: estrategias inteligentes para aspirantes a oposiciones
Opositor: dícese de esa persona que deja atrás su vida anterior para adentrarse en el magnífico mundo del estudio para conseguir un puesto de trabajo en la administración pública. Es un cambio de vida para un futuro que conlleva más estabilidad, ya que se garantiza un trabajo para toda la vida.
Redacción CEF.- Media
Muchos trabajadores por cuenta ajena y por cuenta propia deciden dejar atrás ese mundo y ponerse a estudiar, a la vez que continúan trabajando. Todo un reto, ya que se trata de mucho esfuerzo, no sólo por la inversión de tiempo que conlleva, sacando tiempo de debajo de las piedras, sino que también es un momento de sacrificio ya que ese tiempo se le quita a la familia o cuestiones personales.
En ese ambiente, el opositor necesita gestionar al máximo su tiempo, que es oro, por lo que la planificación es clave para poder conseguir los objetivos y, a la vez, conseguir ese equilibrio entre familia, trabajo, vida personal y estudio.
La planificación es esencial cuando se trata de prepararse para una oposición mientras se trabaja. Lo primero que se debe hacer es crear un horario detallado que incluya tanto las horas de trabajo como los compromisos personales. Hay que identificar los bloques de tiempo disponibles para el estudio y asegurarse de mantener un equilibrio adecuado entre las diferentes áreas de la vida.
También es importante establecer metas de estudio realistas y alcanzables. Tener un plan claro permitirá estar enfocado en las áreas más relevantes del temario y evitar la sensación de estar abrumado. Por eso, es interesante dividir los objetivos en metas a corto, mediano y largo plazo y establecer hitos para evaluar el progreso.
El momento en el que se estudia puede marcar una gran diferencia en la productividad. Algunas personas son más efectivas por la mañana, mientras que otras rinden mejor por la noche. Como se trata de algo muy personal, hay que saber identificar el mejor periodo de tiempo para estudiar, asignando las tareas de estudio más desafiantes para ese momento del día.
La tecnología ofrece numerosas herramientas que pueden ayudar a gestionar eficazmente el tiempo. Aplicaciones como Trello, Todoist o Asana son ideales para crear listas de tareas y programar recordatorios. Además, las técnicas de gestión del tiempo como el método Pomodoro, que consiste en trabajar durante 25 minutos seguidos y luego tomar un breve descanso, pueden ser extremadamente útiles para mantener la concentración.
No hay que subestimar esos pequeños momentos de estudio que se pueden encontrar durante el día. Si hay tiempo, aunque sean solo 15 o 20 minutos, entre llevar a los niños al colegio y esperar a que abran una tienda para comprar, ese tiempo siempre está bien empleado en el estudio.
Para aquellos que tienen responsabilidades familiares, la conciliación puede ser un desafío adicional. Comunicación abierta con la familia y la creación de un horario compartido pueden ayudar a garantizar que se tenga tiempo para estudiar sin descuidar las responsabilidades familiares. Además, involucrar a la familia en el objetivo puede generar un mayor apoyo y comprensión.
Eso sí, es importante establecer límites de estudio para evitar el agotamiento. Aunque la dedicación es clave, también es esencial descansar adecuadamente. El opositor tiene que definir cuántas horas puedes estudiar a la semana de manera efectiva sin sacrificar la salud y bienestar. Hay que evitar el exceso de estudio, ya que esto puede llevar a una disminución en la calidad del trabajo y a una mayor probabilidad de agotamiento.
A medida que avanzas en la preparación para la oposición, es esencial revisar y ajustar constantemente el plan de estudio. Hay que evaluar los avances y realizar cambios según sea necesario. Puede ser útil consultar con otros aspirantes o un mentor para obtener consejos y orientación adicionales.