La autonomía del paciente para decidir sobre la eutanasia "necesita contención"
Asunto delicado y de actualidad el que trató Javier Sánchez Caro este martes en la sede del Centro de Estudios Financieros (CEF.-): la eutanasia. El profesor de la firma Derecho Sanitario Asesores hizo un repaso acerca del conflicto de valores, la jurisprudencia existente y la situación legal de esta práctica en España (castigada por el Código Penal) ante las dos proposiciones de ley del Gobierno socialista. Un doble proyecto que, según Sánchez Caro "no inventa nada", y tiene que afrontar un paradigma que "necesita contención".
La Proposición de Ley afronta dos paradigmas existentes sobre la eutanasia: el el tecnológico (que deberá extender los cuidados paliativos a las zonas aisladas) y el de la autonomía. El también profesor del Máster en Gestión Sanitaria del CEF.- adelantó que estas dos formas que amparan la propuesta del Ejecutivo estaban ya determinadas en un documento firmado en 1999, entre el Ministerio de Sanidad y el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Según dijo, el texto actual solo cambia el término 'minusvalía' grave crónica por 'discapacidad', a la hora de referirse al paciente.
El primero de los dos supuestos viene esencialmente a "coordinar" las diez leyes autonómicas existentes. Algo que "llega tarde", según valoró Sánchez Caro. La otra vertiente es la que realmente puede suponer "un cambio radical" sobre la eutanasia o 'muerte digna'. Un término "más bien polisémico" ya que esa dignidad varía según donde se pregunte, añadió.
"En la ética no hay un conflicto de intereses, sino de valores", explicó Sánchez Caro. Al hablar de la eutanasia en concreto, entran en juego cuatro criterios o valores que se enfrentan (vida humana, autonomía, dignidad y papel de la sociedad). Y es el de la autonomía o libertad del paciente el que "más ha calado" en la sociedad, desgranó el experto. Pero recordó que, quienes defienden a ultranza este derecho, deben recordar que "ningún valor es absoluto" como para prevalecer por sí mismo ante un conflicto con otros.
Es decir, quienes abogan por la libertad del paciente para decidir sobre su acceso a la eutanasia deben entender que "no es argumento suficiente", apuntó. Hay que aplicar esa libertad "dentro de un contexto" de sufrimiento, explicó, y ante la posibilidad de una vida con "motivaciones". De otro modo no sería necesario esperar a una situación terminal o de sufrimiento agónico. No es lo mismo "la vida en un sentido biológico" -funcionamiento del organismo- y "la vida como libertad", explicó. Se trata de valores "dinámicos".
Para Sánchez Caro una cosa es tener la libertad de quitarse la vida, y otra el derecho a "exigir a las autoridades" poder recibir la muerte en una situación determinada. Y el paradigma de la autonomía "plantea problemas" cuando hablamos de casos, por ejemplo, en los que el paciente se entrega a la 'experimentación terapéutica'. Uno de los grados en los que puede incurrir el paciente, y donde hay "animo de curar" (objetivo) pero también de "experimentar", puntualizó el experto del CEF.-.
Es ahí donde "la autonomía necesita contención", ya que los pacientes son "susceptibles de manipulación" en su desesperado intento de terminar con su estado. Y donde pueden probar a ciegas cualquier solución "aunque no sea razonable" (incluso ni científica), detalló. Se produce un control que no debe darse, sino que se debe argumentar al paciente. Y nunca sustituir su responsabilidad de tomar la decisión final. Pues, como dijo Sánchez Caro, hay gente que "subordina su vida a un valor que consideran superior, y eso es respetable. Podemos no coincidir, pero, ¿no podemos comprenderlo?".