Estudio “Los 10 pecados capitales de los jefes”

Jue, 24/05/2007

No comunicar con claridad es el defecto de sus jefes que más irrita a los españoles

  • El CEF elabora un estudio acerca de los comportamientos de los jefes que más irritan a los españoles.
  • Los jefes con dificultades de comunicación, los que no escuchan, los que no motivan y los que sólo saben mandar pero no lideran son los peor valorados.

El CEF (Centro de Estudios Financieros) ha realizado un estudio para conocer los comportamientos de los jefes que más irritan a sus colaboradores. Para ello, durante los meses de febrero y marzo de 2007, envió a través de su plataforma de teleformación una encuesta que fue contestada por 3.178 personas. Este estudio ha sido dirigido por Ángel Fernández Muñoz, psicólogo y profesor del Máster en Dirección de Recursos Humanos del CEF.

La encuesta sobre la que se ha basado este informe ofrecía a los encuestados una lista de 34 posibles comportamientos de los jefes que pueden irritar a sus colaboradores, de los que se les pidió que señalaran hasta 10. Los encuestados fueron requeridos para señalar aquellos rasgos específicos del comportamiento de su jefe inmediato que más les irritan.

Los resultados

Los diez comportamientos de los jefes que más irritan son:

1º. No comunica con claridad los objetivos (46%).
2º. No motiva (44%).
3º. No comunica bien (32%).
4º. No escucha (32%).
5º. No lidera, sino que manda (32%).
6º. No enseña, no forma (31%).
7º. Se contradice con frecuencia (31%).
8º. Incompetencia directiva (29%).
9º. No gestiona bien su tiempo y el de sus colaboradores (28%).
10º. Se estresa con frecuencia (27%).

En el lado opuesto, los cinco defectos menos señalados son:

1º. "No es asertivo" (9%).
2º. "Es distante y altanero" (12%).
3º. "Es un robamedallas (14%),
4º. "No se implica" (14%).
5º. "Es lento en tomar decisiones" (16%).

Resultados universales.

De las 3.178 encuestas correctamente contestadas, el 80% proceden de España, mientras que en el 20% restante hay respuestas de otros 50 países, destacando los hispanohablantes (Méjico, Colombia, Argentina, Chile o Venezuela). Ocho de cada diez encuestados tienen formación universitaria, mientras que el 45% de la muestra tienen trabajadores a su cargo (es decir, ellos mismos son jefes). En cuanto al sexo de los encuestados, han respondido por igual hombres y mujeres, mayores de 18 años todos ellos.

En cuanto a las diferencias apreciadas en las respuestas en función de los perfiles de los entrevistados, las más significativas son:

En lo que atañe a la edad de los encuestados, se comprueba que cuanto mayor es aquélla más críticos son en cuestiones relacionadas con la comunicación interna dentro de las empresas. Así, sucede con las respuestas a preguntas como "no comunica con claridad los objetivos" (señalada como uno de los 10 principales defectos por el 35% de los encuestados entre los 18 y los 22 años, hasta el 53% entre los mayores de 42 años), "no comunica bien" (22% y 38%), y "no resuelve los problemas" (15% y 31%).

Quienes tienen trabajadores a su cargo (es decir, que ellos mismos son jefes) se quejan mucho menos de que su jefe directo "no confía en mi capacidad" que los que no tienen a nadie bajo su cargo. (20% frente a 26%).

No existen grandes diferencias entre las respuestas de los encuestados en función del sexo. Las mayores diferencias entre las respuestas de los hombres y de las mujeres se producen en las cuestiones: "no potencia la creatividad" (señalada por el 24% de los hombres frente a 19% de las mujeres) y "se estresa con frecuencia" (25% y 30%, respectivamente). Tampoco aportan diferencias significativas el nivel de formación de los encuestados.

Objetivo.

El objetivo principal de este estudio es dar a conocer a los directivos cuáles son los comportamientos que más irritan a sus colaboradores. Según Ángel Fernández Muñoz, “Para que hagan un examen de conciencia con el fin de erradicar esos comportamientos. Sus colaboradores se lo agradecerán. Y su empresa saldrá ganando”.

Para los responsables del CEF, sin embargo, el mensaje final de este estudio es optimista, ya que los comportamientos pueden modificarse. En palabras de Fernández Muñoz, “Para ello, es preciso reconocer previamente la necesidad de dicha modificación. Y, antes aún, saber qué comportamientos resultan irritantes para los colaboradores propios. Todos estos comportamientos de los jefes, además de irritantes, son una polilla que va minando la rentabilidad de las empresas. Porque esos comportamientos no son inocuos, sino que merman el rendimiento de sus subordinados. Por lo tanto, bien podemos calificarlas de ´toxinas organizativas`, que se van esparciendo y prosperando en la organización. ¿Resultado? Intoxicación colectiva.”

La encuesta.

Con respecto a la metodología empleada para la realización de este informe, cabe señalar que no se pidió a los entrevistados una respuesta genérica o filosófica acerca de los jefes en general, sino referida concretamente a aquellas cosas que su jefe inmediato hace y que al encuestado más irritan o disgustan. Además, para evitar posibles sesgos, dichos comportamientos no fueron presentados en la encuesta con un orden lógico alguno sino de forma totalmente aleatoria.